Durante muchos años Japón sin duda ha sido un país muy subdesarrollado en todos los niveles tanto en comercio como en educación ya que tenía un feudalismo centralizado los cuales permitieron el renacimiento de instituciones millonarias las cuales abrieron las puertas para tener la modernización en sus manos.
Cabe mencionar que durante su sociedad de clases feudales existieron dos tipos de educación: los samuráis y los plebeyos. A si mismo surgieron 4 tipos de escuelas diferentes las cuales tenían un plan de estudios confuciano:
* Las escuelas de los clanes:
Cabe mencionar que durante su sociedad de clases feudales existieron dos tipos de educación: los samuráis y los plebeyos. A si mismo surgieron 4 tipos de escuelas diferentes las cuales tenían un plan de estudios confuciano:
* Las escuelas de los clanes:
Para puestos de liderazgo, encabezadas por el Shoheiko, colegio confuciano establecido en 1639 en Edo (por entonces, la capital), por los parientes del Shogún y sus partidarios, que incluyan 277 escuelas para los clanes (hanko) en la mayoría de los dominios feudales. Las cuales tenían su curriculum en el cual incluya textos clásicos del confucianismo para la preaparición moral, ares marciales, historia japonesa y china, caligrafía, composición y etiqueta. Su propósito principal era desarrollar el carácter en los niños de la elite, destinados a ser los líderes del futuro Japón.
* Las escuelas locales:
Cerca de 400 “escuelas locales” (gogaku) dispersas en las ciudades grandes, que con frecuencia eran ramas de las escuelas de los clanes. Este tipo de escuelas dependían de las escuelas del clan ya que recibían una asignación de arroz como apoyo del daimyo y estaban sujetas a una minuciosa supervisión oficial: incluso las escuelas que eran financieramente independientes estaban bajo el control administrativo del clan y se les requería atenerse a la filosofía confuciana ortodoxa de la escuela central del clan. Sin embargo cabe mencionar que estas escuelas semioficiales, era para los plebeyos y para los samuráis pues sirvieron como instrumento selectivo basado en el merito y ofrecieron una oportunidad para la movilidad social.
* Las academias privadas:
(juku), que en la época de la revolución eran 1500, organizadas por un erudito distinguido para instruir a algunos discípulos muy capaces fueran samuráis o plebeyos. Estas academias iban desde escuelas elementales, que ofrecían una preparación para saber leer y escribir, hasta instituciones superiores que ofrecían estudios avanzados para los graduados de las escuelas de los clanes, así mismo aceptaban hijos talentosos de sacerdotes, granjeros y comerciantes. En esta academia el principio moderno de recompensa por los logros fue desarrollado y aplicado para compensar la influencia tradicional de la posición de clase en el sistema feudal del Japón. Algo que se destaca es que en competencia con los plebeyos los estudiantes samuráis con frecuencia quedaban en segundo lugar.
* Las escuelas de escritura:
Cerca de 11000 (terakoya) que eran pequeñas escuelas elementales para el entrenamiento practico de niños plebeyos en su mayoría hijos de granjeros y comerciantes ricos. Estas escuelas no solo ofrecían la lectura y la escritura de obras morales confucianas y de homilías budistas, sino también materias como aritmética con el ábaco y correspondencia de negocios. La cual estaba era una preparación escolar en la cual capacitaba a los ciudadanos ordinarios para sobrevivir en una sociedad feudal minuciosamente estructurada y para continuar en la ocupación de sus padres.
Uno de los hechos que asombró a los europeos que llegaron a Japón a finales del período Edo fue que los japoneses estaban muy bien educados y que existían culturas populares, las cuales en aquel entonces se creían reservadas para sociedades industrializadas. Se estima que el nivel de alfabetización se encontraba entonces alrededor del 80% para los hombres y entre el 60% y 70% para las mujeres, con cifras mucho mayores en ciudades como Osaka o Edo, algo que muchas naciones modernas aún luchan por alcanzar.
Los templo y altares ofrecían cursos gratuitos de lectura, escritura y aritmética para toda la población. Los samurái asistían a sus propias escuelas para aprender dichas disciplinas y clásicos chinos. Los maestros enseñaban generalmente sin una paga y eran fuertemente respetados. Con estas escuelas semi-públicas como base, fue creado un sistema de educación pública moderno, agregando ideas europeas sobre educación, el cual ha permanecido casi inalterado hasta la actualidad.
La educación para mujeres, la cual a menudo se ligaba con restricciones religiosas, se convirtió en un problema en tiempos tan remotos como el período Heian, más de mil años atrás. No fue hasta el período Sengoku que finalmente fue decidido que las mujeres debían ser educadas porque debían defender al país cuando sus maridos murieran. Eso también ayudó a que el budismo y el sintoísmo no miraran a las mujeres con desdén y comenzaran a tratarlas como iguales.
La educación ha sido siempre un asunto importante para la sociedad japonesa. Existen tres formas en las que un niño es educado en Japón: por asistencia a una escuela pública para la educación obligatoria, por asistencia a una escuela privada para la educación obligatoria o por asistencia a una escuela privada que no adhiere a los estándares establecidos por el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología
Las escuelas feudales de Japón fueron notablemente productivas a pesar que en la mayoría parte de los países occidentales a mediados del siglo XIX, no se contaba con un sistema escolar nacional.
Por otra parte la inversión en la educación durante el periodo feudal produjo un interés mas intenso en las cuestiones educativas durante la ulterior época Meiji, pues se reconoció que era esencial un sistema de educación universal para establecer un estado moderno. Sin embargo según erudito se crearon tres estadios de difusión cultural los cuales fueron:
1.- Adopción en masa de las ideas e instituciones extranjeras en ciertos casos hasta la exageración.
2.- Adaptación de esas ideas e instituciones a la cultura japonesa, a la cultura japonesa, algunas veces al punto de una completa distorsión o improcedencia.
3.- Sustitución de las ideas e instituciones extranjeras por una versión totalmente “japonizada”.
Por otra parte a pesar de la escasez de recursos la oligarquía Meiji se lanzo a la ambiciosa tarea de intentar alcanzar ambas metas simultáneamente.
Posteriormente en el código educativo de 1872 se decreto un plan para crear un sistema educativo moderno a escala nacional, copiando el sistema uniforme y centralizado de Francia, iniciando por Napoleón en 1854. Conforme al código, la educación obligatoria de 8 años fue concebida por todos los niños y las niñas entre 6 y 14 años de edad y fue asi como se logro promover el principio de igualdad de oportunidades educativas.
En 1871, durante la era Meiji, se estableció el Ministerio de Educación basado en los sistemas de educación occidentales. La educación fue un asunto de alta prioridad para el gobierno, cuando el liderazgo del joven gobierno Meiji se percató de la necesidad de una educación pública universal en pos de un Japón moderno y occidentalizado. Misiones extranjeras como la Misión Iwakura, fueron una medida para estudiar los sistemas educacionales de los países líderes de occidente.
A pesar de la occidentalización del sistema educacional, el gobierno mantenía un firme control para que se ensalzaran los valores tradicionales de búsqueda del aprendizaje y moral en los estudiantes. Asimismo, y siguiendo una política militarizada y patriota, se pretendía inculcar una lealtad absoluta hacia el Emperador.
Los japoneses estaban interesados por tener escuelas que ayudaran a la sociedad. Pero para esto los de Japón tuvieron que basarse en ciertas técnicas pedagógicas, en los cuales mencionamos los principios de Johann Pestalozzi el cual sostenía que la educación debería de seguir el desarrollo del niño, en lugar de imponérsela, como lo hacían los confucianos. Éste educador criticó la insistencia en la memorización mecánica y enseñó, en cambio, mediante la experiencia directa con objetos y modelos. Podemos ver que le interesaba darle al niño conocimientos pero de manera que él pudiera interactuar con la información, no solo permitir la memorización sino llevarlo a la práctica, llevando a cabo distintas habilidades como observar, manipular, interpretar.
Su objetivo principal era el de colocar al niño en posesión de sus facultades mentales, no solo meter las cosas por la fuerza en la mente humana, sin mostrar cómo o por qué eran adecuadas o juiciosas. Así mismo se mostraba la importancia del maestro, ya que éste ayudará a que se logré lo antes mencionado, el maestro debe ser una persona de rápida percepción respecto al carácter del niño y que simpatice con la naturaleza del mismo. De esta forma, en 872 el profesor de California M. Scott introdujo los principios de Pestalozzi en Japón.
El decreto imperial sobre educación: 1890
Ese documento alega la mejora del prestigio imperial, y por medio del emperador, del poder de la oligarquía. El decreto concluye que la base de toda educación era la doctrina de veneración al emperador, combinada con la ideología confuciana de lealtad, piedad, filial y obediencia a los superiores. Todo se destinó a servir los nuevos valores nacionales. El decreto de 1890 se convirtió en la filosofía japonesa de la educación y hasta en la filosofía de la vida nacional durante los 55 años siguientes.
La organización de un nuevo sistema educativo fue una pieza clave en ese proyecto de cambio. Las escuelas que existían hasta entonces eran en su gran mayoría anexos de los templos y su función instructiva era muy elemental. Para establecer una escuela capaz de impulsar la modernización, los educadores japoneses probaron varias alternativas, las primeras muy liberales, y ya en 1890 dieron forma a un sistema que perduraría hasta la Segunda Guerra Mundial.
Un rasgo característico de ese sistema fue la diferenciación de sus funciones sociales. Por un lado, se creó un modelo de educación primaria muy eficaz, para niños y niñas, que rápidamente alcanzó una cobertura casi universal. Por el otro, las instituciones de nivel medio superior y superior, especialmente las universidades imperiales, fueron altamente selectivas y su población escolar fue reclutada, casi sin excepción, de familias de la antigua aristocracia y de los dirigentes empresariales. De esa manera, se buscaba elevar el nivel básico de capacitación de todos los habitantes, mientras se mantenían bajo control los mecanismos escolares para la formación de las clases dirigentes.
En ese sistema, al mismo tiempo que se buscaba alcanzar un nivel sólido de formación científica y técnica, se promovían con gran fuerza los valores morales tradicionales y códigos de conducta que destacaban la lealtad al emperador y al Estado, la disciplina laboral y el respeto al orden y a las jerarquías familiares y sociales.
Esta tendencia de nacionalismo en la educación continuó hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, cuando Japón se rindió incondicionalmente a las fuerzas aliadas. Fue entonces que las autoridades de ocupación de los Estados Unidos de América abolieron el viejo sistema educacional, para sentar las bases del actual sistema educativo japonés.